El trastorno de acumulación se caracteriza por la excesiva acumulación de objetos, útiles, basura o la incapacidad para eliminar el considerado inútil o aparentemente sin valor, interfiere en el desarrollo normal (personal, profesional, económico, familiar y social) de la persona afectada, causándole un significativo estrés. El grado del desorden y la magnitud de la ocupación de los espacios habitables es el factor que más claramente pone de manifiesto el grado de deterioro de estas personas.
Hasta el año 2012 el trastorno de acumulación se incluía en el DSM-4 como un síntoma más del trastorno obsesivo compulsivo; en la actualidad ha pasado a constituirse como una entidad independiente llamada trastorno de acumulación en el DSM-5. Sin embargo, el ICD-10 no incluye este trastorno. La aparición y gravedad del trastorno de acumulación se ha ligado a la experiencia de eventos traumáticos tanto en la infancia como en la vida adulta.
Su principal característica es la imposibilidad de deshacerse de posesiones. Los objetos que más frecuentemente se acumulan son diarios, ropa vieja, bolsas, libros y papeles de trabajo. Para el diagnóstico no es una condición que los elementos que se acumulen sean de poco valor, también puede ocurrir con objetos de mucho valor. Las personas con este trastorno atribuyen su incapacidad de desprenderse de las cosas a su utilidad, valor estético o valor sentimental. El resultado es una acumulación desorganizada de posesiones que compromete el espacio del lugar donde se vive, impidiendo su permanencia en ese sitio. Esta situación genera angustia y compromete el área social, laboral u otras importantes esferas de las relaciones del paciente, incluyendo la seguridad y la salud propia y de las personas que viven alrededor.
En este documento se describe este trastorno y su impacto en la salud pública, se presentan los criterios diagnósticos, tanto del trastorno como de la gravedad de la acumulación, y su abordaje multisectorial.